domingo, 13 de mayo de 2012

Las 10 llaves de la comunicación. Por Moneyball. Por Yuri Morejón

Pocas películas recogen tan fielmente la trascendencia de la gestión y la comunicación como trampolines al éxito. O mejor, al reconocimiento. Moneyball – Rompiendo las reglas es una de ellas.
Aaron Sorkin, que ya nos encandiló como guionista de El Ala Oeste de la Casa Blanca, una de las series de culto en el campo de comunicación, aprovecha esta historia real para dejarnos una retahíla de metáforas, analogías y guiños metalingüísticos plenamente aplicables a la vida real.

Moneyball relata el caso real del Oakland Athletics, un equipo de béisbol con grandes talentos deportivos y escasísima capacidad económica, que ve cómo los grandes de la liga arrebatan a sus mejores jugadores. Su manager general, Billy Beane (Brad Pitt en la ficción), promesa frustrada en los 80, quiere dar la vuelta a la situación para luchar por el campeonato. Ayudado por un joven que analiza a los jugadores por variables puramente estadísticas y alejadas de las proyecciones más comerciales, cambia el enfoque de la gestión deportiva, remodela la plantilla… y los resultados, no sin críticas, reticencias y dosis de paciencia, empiezan a llegar.



Pero… ¿qué 10 claves comunicativas nos enseña Moneyball?


1. It is unbelievable how much you don’t know about the game you have been playing all your life. Es decir, es increíble todo lo que no sabes del deporte que has jugado toda la vida. En otras palabras, que la mayoría de las veces jugamos o somos parte de un sistema del que ciertamente no solemos conocer las reglas. Sin conocerlas, es difícil cambiarlas.

2. Para revertir los resultados, para superar la derrota, hay que pensar diferente. Romper con lo establecido. Replantearse, rediseñar y cambiar de estrategia puede ser la única opción. Y para innovar, hay que tener agallas. Imprescindible. Y saber superar las críticas porque para muchos supondrás una amenaza a la mentalidad, la forma de trabajar y la metodología de la mayoría. Pasa en política, en la empresa y en el deporte. Hacerlo “como siempre” no es garantía de nada.

3. “El dinero hace creer a los jugadores que ganan mucho dinero… que son valiosos”. La mentalidad es parte importante del éxito. Si pretendemos jugar como los grandes, perderemos en el enfrentamiento directo. La clave pasa por pensar en grande y actuar en pequeño.

4. Tener confianza en ti mismo y una idea en la que crees es el camino más corto hacia tus metas. La actitud, la convicción con la que defiendes un estilo o un proyecto, es algo que se percibe, que genera seguidores. Que convence más que las palabras. Detectar lo que haces bien y potenciarlo… es crucial.

5. Hacer todo y solo es inviable. La definición de los roles, el trabajo en equipo y las sinergias son los mejores resortes motivadores. Todos han de sentirse importantes. La coordinación es más importante de la organización. Es decir, remar en la misma dirección y, lo que es más importante, al mismo ritmo.

6. Perder no es divertido, pero hay que digerir cada derrota. La emoción en tu trabajo te quita presión. Solo disfrutarás cuando empieces a relativizar: la trascendencia de los medios, la amenaza de la competencia, etc. Y disfrutando… los resultados estarán más cerca.

7. Sin comunicación no hay información y sin información la desmotivación, los rumores y la desconcentración juegan más cómodos. La unidad del equipo peligra. La comunicación, por tanto, cuanto más personalizada, más involucra, más motiva, más potencia.

8. Paciencia. Los grandes cambios tardan en asentarse. ¿Quién dijo que la rapidez mide la eficiencia? No debemos perder el objetivo pese a las curvas del camino. Lo importante es disfrutar del proceso, del trayecto, para llegar bien a la meta.

9. Los resultados son los resultados. La apariencia no lo es todo. Ni la edad, ni el peso, ni el aspecto ni las sensaciones son determinantes siempre. Influyen, pero no más que el trabajo bien hecho durante mucho tiempo. Se llama reputación.

10. Los valores importan. Pocos o muchos, pero tenlos. Son tu sello, tu estilo. El recuerdo que generarás con independencia de los resultados.

Diez enseñanzas de recomendable aplicación en un momento como el actual, extraídas de un film donde seguramente la historia deportiva sea lo de menos. O si lo prefieres, un directísimo paralelismo de muchos aspectos de tu día a día.

martes, 3 de agosto de 2010

Manejarse con el corazón


Melburn McBroom era un jefe dominante, y su temperamento intimidaba a quienes trabajaban con él. Este hecho podría haber pasado inadvertido si McBroom hubiera trabajado en una oficina o en una fábrica. Pero McBroom era piloto de una línea aérea. Un día de 1978 el avión de McBroom se acercaba a Portland, Oregón, cuando él notó que había un problema en el tren de aterrizaje. De modo que decidió sobrevolar la pista en círculos, a una altura elevavada, mientras manipulaba el mecanismo.

Mientras McBroom se obsesionaba con el tren de aterrizaje, los indicadores del combustible del avión se acercaban sin pausa al nivel del cero. Pero sus copilotos estaban tan asustados por la furia de McBroom que no dijeron nada, ni siquiera cuando el desastre fue inminente. El avión se estrelló y resultaron muertas diez personas.

En la actualidad, la historia de ese accidente se cuenta como una advertencia durante el entrenamiento de seguridad de los pilotos aéreos (New York Times, 26.VI.1994).

En el 80% de los accidentes aéreos, los pilotos cometen errores que podrían haberse evitado, sobre todo si la tripulación hubiera trabajado en conjunto y más armoniosamente. El trabajo en equipo, las líneas abiertas de comunicación, la cooperación, el saber escuchar y poder expresar las opiniones —rudimentos de la inteligencia social— están ahora acentuados en el entrenamiento de pilotos, además de la habilidad técnica.

La cabina del piloto es un microcosmos de cualquier organización de trabajo. Pero al carecer de la dramática realidad vivida en un accidente de aviación, los efectos destructivos de la moral destructiva, los trabajadores intimidados, los jefes arrogantes —o cualquiera de las docenas de otras permutaciones de deficiencias emocionales en el lugar de trabajo— pueden pasar totalmente inadvertidos por aquellos que se encuentran fuera de la escena inmediata. Pero los costos pueden ser interpretados en señales tales como la disminución de la productividad, un aumento en el incumplimiento de fechas tope, errores y contratiempos y un éxodo de empleados a escenarios más acogedores.

Inevitablemente existe un costo en la base de los bajos niveles de inteligencia emocional en el trabajo. Cuando es elevado, las empresas pueden derrumbarse.

Imaginemos las consecuencias que tiene para un grupo de trabajo el que alguien sea incapaz de evitar un estallido de ira o no tenga la menor sensibilidad con respecto a lo que siente la gente que lo rodea. Todos los efectos nocivos de la agitación con respecto al pensamiento operan también en el lugar de trabajo: cuando la persona está emocionalmente perturbada, no puede recordar, atender, aprender ni tomar decisiones con claridad.

Como dijo un asesor administrativo: "El estrés hace que la gente se vuelva estúpida".

En el aspecto positivo imaginemos los beneficios que tiene para el trabajo el ser hábil en las competencias emocionales básicas: estar sintonizados con los sentimientos de aquellas personas con quienes tratamos, ser capaces de resolver desacuerdos para que no se agudicen, tener la habilidad de atravesar estados de fluidez mientras trabajamos.

Liderazgo no es dominación, sino el arte de persuadir a la gente a trabajar hacia un objetivo común. Y en términos del manejo de nuestra propia carrera, puede no haber nada más fundamental que reconocer nuestros más profundos sentimientos con respecto a lo que hacemos... y los cambios que podrían hacernos sentir más auténticamente satisfechos con nuestro trabajo.

Algunas de las razones menos evidentes por las que las aptitudes emocionales están
poniéndose a la vanguardia de las habilidades empresariales reflejan los cambios radicales que se están produciendo en los lugares de trabajo. Hay 3 aplicaciones claves de la inteligencia emocional: ser capaz de ventilar las quejas como críticas útiles, crear una atmósfera donde la diversidad resulta valiosa en lugar de ser motivo de fricción y trabajar eficazmente en equipo.


Texto tomado del libro: La inteligencia Emocional, Daniel Goleman. Cap. 10 "Manejarse con el corazón". Javier Vergara Editores.

lunes, 24 de mayo de 2010

Tu talento


Hace unos días, platicando con Oswaldo durante la cena, después de un mal juego. Veía con tristeza su frustración, su falta de ánimo e impotencia ante la situación de su equipo. Si bien en el béisbol se gana y se pierde. En ese momento no soportaba ver en el rostro de mi marido esa falta de motivación. Así que empecé a recordar con él, el origen de su amor por este deporte, que es su profesión y modo de vida.

Su aventura en el béisbol inició desde muy pequeño, pero fue a los 8 años de edad cuando perteneció a un equipo de béisbol de manera formal, en la colonia Esperanza. El equipo se llamaba Leoncitos y portaba el número 4. ¿Coincidencia? Tal vez, pero lo que sí es un hecho es que desde entonces y hasta la fecha, el béisbol forma parte de sus sueños, forma parte de horas de entrenamiento, de noches dormido con su uniforme de beisbolista abrazado a un bate esperando el momento de llegar al campo en la Liga Yucatán y así poder jugar. Hoy en día no es muy diferente, cada año espera con ansias cada inicio de pretemporada, prepara sus spikes, sus guanteletas, cuida muy celosamente sus guantes de juego, y el béisbol forma parte de nuestras conversaciones, forma parte de su imaginación de posibles jugadas, de plantearse metas e ilusiones, y más allá de ser nuestro sustento, es un modo de vida, cada día, todos los días, cada temporada, verano e invierno, cada año.

Aun teniendo en casa un perfecto ejemplo de alguien que con su talento vive de y para el béisbol, yo me pregunto.

¿En realidad el talento existe? ¿Algunas personas nacen talentosas? Me imagino que ustedes como yo conocemos a personas que con una increíble facilidad tocan algún instrumento musical. Cuando vemos a alguien dibujando o cantando, pensamos: ¡Como quisiera yo poder hacer algo así! Y bueno, yo creo que si realmente es lo que deseas lo puedes lograr.

En mi muy humilde opinión las personas no nacen dotadas o con talento innato. Ciertamente nacen con ciertas facultades, algunas físicas, en el caso del deportista. Pero aún así, yo creo que cada uno de nosotros nace con un potencial de ser o hacer algo extraordinario. Tal vez es cuestión de tener pasión y paciencia suficiente para aprender las habilidades básicas y con el tiempo perfeccionarlas hasta convertirnos en expertos.

No es coincidencia observar como ciertas personas con verdaderas habilidades en ciertas disciplinas realmente aman lo que hacen. Sin duda es este amor a su desempeño y actividad que los mantiene con la motivación suficiente de seguir adelante. En cambio, también observamos a personas realizar actividades en las que no sienten esa gran pasión y por lo tanto no disfrutan esos momentos. Y bueno, estas personas ¡¡¡sí que requieren mucha más motivación!!!

Sabemos que las personas aprenden a diferentes tiempos y velocidades, así como también responden a diferentes métodos de enseñanza. ¿Cuánta motivación y qué tipo de motivación debemos recibir para lograr perfeccionar nuestras habilidades? Qué importante es la motivación, ¿verdad?

No es sorprendente observar a hijos de deportistas, practicar el deporte de su padre, pues además del ejemplo, éste viene acompañado de una fuerte motivación, entrega y disciplina.

Estarán de acuerdo conmigo que para aprender y desarrollar mejor nuestras habilidades, es indispensable la dedicación, la paciencia, la pasión y la práctica. Tal vez, lo más recomendable es iniciar a una temprana edad. Pues es impresionante observar con qué facilidad y rapidez aprenden los niños.

Ahí la importancia de nosotros como padres el apoyar a nuestros hijos en el descubrimiento de sus talentos, pues tenemos la obligación moral de junto con ellos a desarrollarlos al máximo.

Aún así, cada uno de nosotros posee una combinación única de talentos y habilidades que nos distinguen de los demás. Debemos tomarnos el tiempo e identificar nuestras fortalezas y desarrollarlas.

Si sientes que no puedes llegar a identificar tu talento, se te puede pasar la vida sin un rumbo determinado, sintiendo que estás en el lugar equivocado, en el tiempo equivocado y haciendo la actividad equivocada.

Yo creo realmente que nunca es tarde, no importa la edad que tengas, tus talentos siguen ahí.



lunes, 17 de mayo de 2010

El perfecto swing


Cuando te dedicas a trabajar y te esfuerzas para lograr tus objetivos, que puedan dar un cambio positivo a tu vida, seguramente hay momentos donde tienes que tomar decisiones y control de tus emociones, sobre todo en tiempos difíciles. Pues la vida está llena de distractores emocionales, especialmente cuando interviene alguna persona negativa.

Es muy desafortunado cuando vemos gente muy talentosa, con increíbles habilidades haciendo lo mejor posible para cambiar su rumbo, su vida… y no entendemos el por qué con tanta capacidad y tanto talento, se les dificulta salir adelante. Si algo los detiene son sus emociones y las percepciones erróneas de ellos mismos. Permiten que sus emociones se apodere de ellos, llámese temor, pena, frustración al grado de no poder concentrarse en sus objetivos, y pierden la rienda de su carrera, y en ocasiones de su vida.

Y es que ser presa de este tipo de trampas suele ocurrir muy fácilmente. Sobre todo si eres de una persona aprehensiva y el controlar tus emociones en un momento decisivo puede sacarte de tus casillas, sobre todo si tu trabajo depende de tu emotividad, de tu estado mental y sobre todo de tu nivel de confianza.

Entonces, cuando te encuentres en estos momentos importantes, tratando de cambiar el rumbo a tu favor y te topas con este tipo de personas con mucha negatividad, es muy importante no permitir que te afecte en tu estado emocional, al grado de querer afectar el logro de tus objetivos, de tus proyectos, de tu carrera.

Y si es inevitable el estar rodeado de personas que te deseen el mal y que falles, debes concentrarte en llevar tu mente a un estado muy positivo y motivante. Recuerda que este tipo de personas suelen ser arrogantes y muy soberbias, no siempre son felices y parece que no tienen mucho que hacer, sólo buscan hacerte sentir miserable, como lo son ellos.

Permitir que este tipo de emociones llegue a tu mente solamente conseguirás ponerte de mal humor, frustrado, te hará sentir cansado y no te permitirá enfocarte al 100% en tu plan de trabajo. Nunca podrás cambiar tu rumbo, ni tu vida, no lo permitas.

Así que la pregunta es: ¿Cómo no sentir estas emociones cuando alguien deliberadamente te provoca? La respuesta es: considera la fuente. ¿Quién realmente es este sujeto? Cuando alguien te trata mal, te falta el respeto, y desea intimidarte, no hay una sola razón para ti, que justifiques lo que sucede. Ninguna

En el momento que trates de justificar y razonar lo que te dijo o hizo, entonces permitirás que entren directamente los pensamientos negativos, de frustración y de enojo a tu cabeza. Y pasarás horas pensando, justificando, maldiciendo y razonando el por qué esta persona te dijo ó hizo tal cosa. Pasarás horas pensando en todas las razones del porque esta persona es tan ruin, el por qué siempre es injusto con las demás personas, contigo, con tus amigos y el por qué siempre tiene algo en contra tuya.

¿No preferirías mejor dedicar ese tiempo en trabajar en tus metas, en tu proyecto, en visualizarte haciendo las cosas como las sabes hacer e imaginarte cómo quieres realizarte, cómo quieres verte?

¿A quién le importa? Esta persona es ruin, tú lo sabes, es un hecho, así que ¡sigue adelante! No te detengas. No permitas que personas así te afecten ni a ti, ni a tu trabajo.

Entonces, cuando alguien te ataque, te quiera intimidar, y con sus palabras y acciones te quiera sacar de concentración y de tus casillas. Es importante que te calmes, respira profundo y no pierdas el control. Pregúntate cuál es la mejor forma de resolver esta situación. Y mejor enfoca toda tu energía y atención en lo que quieres lograr.

Porque es perfectamente claro que no te puedas enfocar al 100% en lograr tus planes si estás ofuscado y molesto.

Después de que te calmes, te relajes, repasa mentalmente tus objetivos, tus metas, el por qué estás en ese momento y en ese lugar y cuál es tu labor, tu encomienda. Luego cierra tus ojos y visualízate cumpliéndolos. Piensa en tu gente, en tu grupo de trabajo, y en lo que todos juntos pueden lograr.

Eres lo que eres porque así lo decides TÚ. Nadie más. Piensa en lo feliz que eres cuando trabajas en lo que sabes hacer, y de cómo lo disfrutas ya que para ti no es un trabajo. Es tu modo de vida.

Recuerda, la próxima vez que estés en una situación con este tipo de personas negativas, tú siempre mantén tu enfoque, en tu camino al éxito.






martes, 11 de mayo de 2010

Tributo para mi, tributo para ti.

“Cuando se corrige el corazón, entonces se cultiva la vida personal; cuando se cultiva la vida personal, entonces se regula la vida familiar; cuando se regula la vida familiar, entonces la vida nacional tiene orden; y cuando la vida nacional tiene orden, entonces hay paz en este mundo”. Confucio

En esta ocasión me gustaría comentar con ustedes acerca de la contribución, la colaboración, la entrega, que como madres creo es lo que más nos define. Pero como dice este gran filósofo chino, primero debemos cultivar nuestra persona, después trabajar con nuestra familia, amigos y al final con nuestra comunidad.

Y es que en lo particular tiene total sentido esta frase, es como por ejemplo cuando viajamos en avión; que en ocasiones lo he hecho sola con mis hijas. Lo primero que dicen las azafatas al dar las instrucciones de seguridad antes del vuelo. Es que si viajas con menores de edad o personas que necesiten algún tipo de ayuda especial, la primer medida en un caso de emergencia, es asegurar nuestra máscara de oxígeno primero, y después auxiliarlos a ellos. Es lo mismo en la vida.

Si no cultivamos nuestra persona en primer lugar, no estamos en la condición de ayudar y colaborar a una causa de mayor proporción. Y aunque la mayoría de nosotros hemos crecido con la idea y ejemplo de pensar en los demás primero, este noble gesto no es posible a menos que tengas todos tus recursos personales listos y en orden para lograrlo. Me refiero principalmente a tus fortalezas, tanto mental, emocional y física. Entonces, ¿Para nosotras, por qué es tan importante ser fuertes? Bueno pues todo el tiempo levantamos cosas en la casa, movemos muebles, las bolsas del súper, cargamos en brazos a nuestros hijos, y una infinidad de actividades que requieren de nuestra fortaleza. Y ni hablar del aspecto, financiero y emocional… Todas son áreas en donde otras personas pueden necesitar de nuestro apoyo.

Algunos aspectos que pueden contribuir a mejorar nuestra persona pueden ser:

Mantén tu cuerpo sano para tener la energía y vitalidad de ayudar a los demás. Concéntrate en tu alimentación, en tu ejercicio diario y sobre todo descansa y duerme para recargar las pilas. (En lo personal es lo que a mí más me afecta, pues cuando Oswaldo "juega en casa", ya sea que yo vaya a los juegos o lo espere en casa para cenar, mi hora de dormir casi siempre, se alarga hasta la madrugada y mi horario para levantarme siempre es a las 6 de la mañana, para así iniciar mis actividades con las niñas y en casa. Esas desveladas no las recupero fácilmente).

Nutre tu cuerpo de tal forma que te ayude a mantener un equilibrio, despeje tu mente y centre tu energía. Por ejemplo, tómate tu tiempo para darte un rico baño, sin apuros ni prisas. (en casa no falta que la Sofi quiera bañarse cada que oye la regadera).

Lee un buen libro, disfruta con tu pareja de un rico masaje, ver una buena película, reunirse con la familia y amigos cercanos, como los compadres.

4. Trata de rodearte de personas siempre positivas, en donde tengas la certeza que responderán de la misma forma que tú lo harías por ellos en un momento dado.

va Observa tu escala de valores y dale un orden, ¿Qué es lo más importante para ti, para tu persona? Salud, seguridad, belleza, ¿diversión? Tal vez una buena clave que nos guíe a estas respuestas sean los aspectos externos ¿En que gastamos nuestro dinero? ¿Qué hacemos en nuestro tiempo libre? ¿Con que clase de personas nos relacionamos? ¿Qué libros leo… bueno, al menos leo? ¿Qué tipo de programas veo en la televisión? Y así podemos seguir… tal vez a ustedes se les ocurran más indicadores.

Puede resultar interesante y revelador observar de esta manera nuestros valores. Por ejemplo, si gastamos gran parte de nuestro presupuesto en comida saludable, entonces sin duda nuestra salud y la de nuestra familia tiene un valor primordial. Si gastamos dinero en comida chatarra y sin valor nutricional, entonces sentir una gratificación inmediata es tal vez más importante para uno. Y no pretendo ser pre juiciosa, pero yo creo que cada decisión que tomamos, nos muestra sin duda, mucho acerca de nosotros.

Y solo nosotros podemos determinar si existe una discrepancia entre lo que creemos, y lo que realmente estamos eligiendo o decidiendo.

Por eso es que es importante cultivar nuestra persona, ordenar nuestros valores. Al final, son nuestros valores quienes puedan guiar de la mejor manera nuestras oportunidades. Y seguramente siempre hay oportunidades alrededor nuestro.

Pero desafortunadamente no nos damos cuenta o estamos demasiado estresados y preocupados por otras cosas que tendemos a ignorarlas.

Tal vez una buena idea sería regresar a nuestros valores iniciales retrocediendo un poco y así, usarlos de guía.

Entonces sí, podríamos reconocer de esta manera nuestras oportunidades más fácilmente, por que las oportunidades siempre están ahí, relacionadas a algo ó alguien que es muy importante para nosotros.

A mis abuelas, y mi madre que definieron con sus genes y su ejemplo lo que soy, lo que me recuerda y motiva todo el tiempo lo que mis hijas son y pueden llegar a ser.

martes, 27 de abril de 2010

Las conexiones invisibles


Durante las vacaciones de Semana Santa y mientras me dirigía a casa con mis hijas, una familia me hace señas en el carril derecho mientras el semáforo estaba en rojo. Claramente era una familia de turistas nacionales y necesitaban instrucciones de cómo llegar a la avenida Paseo de Montejo. Entonces yo les empecé a explicar, y aunque trataba de darles las mejores referencias posibles, pensé en ese momento que sería más sencillo si yo los guiara.

Así que di la vuelta y en sentido contrario a mi destino conduje hacia Paseo de Montejo (un excelente pretexto para ir por unos ricos sorbetes de elote), de vez en cuando veia por mi retrovisor para asegurarme que esta familia no me perdiera de vista.

En ese momento recuerdo que tuve la sensación de que de todos los vehículos en el camino, ésa familia de turistas en particular y yo estábamos de alguna manera “conectados”. Fue una conexión invisible entre nosotros, ellos por seguirme y yo por guiarlos.

Dicen que todo el universo está conectado de alguna manera, yo creo que eso es cierto, pero ¿Qué significa realmente?.

Sin duda hay muchos tipos de conexión entre las personas; por teléfono, por internet, cuando conversamos, por contacto visual y por supuesto por contacto físico. Incluso con el pensamiento, a mí me pasa todo el tiempo con mi comadre Betty, cuando la pienso mucho, siempre suena el teléfono. No fallamos.

Cuando alguien me atiende en un restaurante o en una tienda, observo detalladamente su disposición y si está de humor y en la mejor disposición de hacer conexión con su cliente. Pues para mí el contacto visual, el apretón de manos y la forma en que me presento, es muy importante cuando tengo trato con las demás personas.

Las conexiones entre las personas nos brindan empatía, convivencia, es un dar y recibir constante. Sentimos con un saludo cuando en una conexión hay fuerza y sentimientos, pues sentimos sin duda que hay algo mucho más grande que nosotros, que todo.

¡Y es que las conexiones son una necesidad humana básica! La conexión con la familia, con las amistades y con el resto del mundo.

Todas estas impresiones las tengo presentes todo el tiempo en casa, la conectividad entre mis hijas gemelas es impresionante y va mucho más allá de su condición genética.

También sé lo importante que es la conexión en un equipo deportivo, como es el béisbol.

Bueno, no me sorprende que le encuentre aplicación a este tipo de aspectos y los relacione de inmediato con el juego de pelota.

Ustedes como aficionados que asisten a los juegos de béisbol y han experimentado junto con sus jugadores tantas emociones y jugadas espectaculares, saben perfectamente el tipo de conexión que existe entre Oswaldo y Luis Borges, si bien al comienzo de la carrera de mi marido su mancuerna fue Juan José Pacho. El tipo de conexión y la efectividad de la misma, es impresionante entre Oswaldo y Luis.

Este año en particular me gusta, pues es interesante observarlos juntos en el orden al bat sobre todo por que para ambos representa salir de la zona de confort al que estaban habituados. Ambos dominaban sus funciones perfectamente de octavo y segundo en el orden. Y ambos están demostrando su calidad y capacidad en un orden al bat con mayor responsabilidad y que demanda más concentración. Los retos son importantes en el deportista.

Y es que el estar en contacto es vital, tanto en el béisbol, como en otros ámbitos. El construir conexiones es necesario para prosperar y tener éxito. El mundo está lleno de conexiones y están a la espera de ser descubiertas. Encontrar esas conexiones, (que no importa realmente cuáles sean), generalmente nos conduce a resultados interesantes. Pues son diferentes puntos de vista, diferentes opiniones, diferentes experiencias y por supuesto mucho aprendizaje.

… y bueno cuando finalmente llegamos a la preciosa Avenida de Paseo de Montejo, mis nuevos “amigos” se despidieron y me dieron las gracias. Yo aproveché y fui con mis hijas por los favoritos sorbetes de elote.

Así son las conexiones, algunas fugaces y temporales, sin embargo algunas suelen ser inolvidables.



Luis Borges y Oswaldo Morejón. Compañeros y "cómplices de dobles matanzas" durante 8 temporadas con los Leones de Yucatán.



lunes, 12 de abril de 2010

Descifrando el Momentum


Es impresionante observar al jugador de béisbol batear de 4-4, ó entrar de emergente con la casa llena y dar home run. La sensación de todo un equipo cuando regresan de una desventaja en la última entrada y logran ganar el juego.

Esta situación en específico, se le conoce como MOMENTUM, algunos psicólogos lo denominan impulso psicológico. Pero, ¿Realmente existe? O acaso es ¿Sólo un cambio temporal en la confianza y el estado de ánimo, y realmente es capaz de cambiar el resultado del juego o de una temporada? Y si… como es de esperarse, hay varias opiniones al respecto.

Un aspecto interesante en la definición de este concepto es que “afecta las percepciones de los competidores, así como la calidad del rendimiento y el resultado de la competencia". Es muy común observar que en la mayoría de los estudios y análisis deportivos se enfocan en los términos cuantitativos para tratar de entender estos impulsos ya sea de manera individual o colectiva, cuando el equipo está ganando ó perdiendo.

En el ámbito del béisbol, un artículo del Wall Street Journal, observó que en los playoff del año pasado en el béisbol de grandes ligas, no hubo el mismo efecto en la postemporada en equipos donde tuvieron un momentum al final de la temporada regular. Expertos en opinión deportiva incluso en deportes como el basquetbol tienen argumentos en contra de la existencia de este momentum psicológico, al menos en el resultado de cada juego.

Incluso aquí en México hemos sido testigos en varias ocasiones de cómo un equipo con tendencia ganadora al final de la temporada regular, tiene resultados totalmente opuestos. Y a nivel individual, jugadores con excelente temporada regular y en play off, no reflejan en absoluto su nivel.

Si este tipo de enfoque no lo podemos ver reflejado en números y estadísticas, entonces no estamos observando el panorama completo.
Investigadores y psicólogos deportivos recomiendan observar el impulso ó Momentum desde una perspectiva cualitativa. Tal vez existan parámetros subjetivos basados en la confianza del atleta ó el equipo que contribuya al éxito ó fracaso y que no se aprecie a simple vista en los números y estadísticas.

Jeff Greenwald (especialista en psicología deportiva), nos dice que la razón principal por lo que el momentum es tan poderoso, es porque se intensifica la sensación de confianza que éste brinda, el aspecto más importante en la cima del rendimiento.
Existe un término en psicología deportiva; denominado auto eficacia, que es simplemente la propia creencia del jugador en su habilidad para realizar una encomienda. Generalmente, el éxito del jugador depende en su eficacia. Durante el periodo del Momentum, el índice de auto eficacia es muy elevada y los jugadores obtienen éste impulso cuando su habilidad coincide con los logros obtenidos.

Es un estado emocional en donde ellos experimentan un incremento en su energía y motivación, pues obtienen un sentimiento de auto control total. Además durante este momentum positivo, la persepción personal de cada jugador también cambia. Pues se sienten totalmente invencibles y llevan su trabajo y rendimiento a un nivel más elevado.
¿Tiene la capacidad con una jugada clave un solo jugador levantar este impulso psicológico? O es ¿un verdadero trabajo en equipo en donde un rally levante la moral y confianza para el siguiente juego?

El momentum en el deporte ya sea en el comportamiento, evento ó serie de eventos positivos ó negativos. Lo determinan 6 elementos claves, conformando una cadena de momentum.

En primer lugar, el momentum da inicio con un evento precipitado (o detonante), como por ejemplo, un home run (como detonante positivo) así como problemas internos y falta de motivación (detonante negativo). El efecto de este evento en cada atleta varía dependiendo en su propia percepción del juego ó de la situación, de su autoconfianza y la capacidad de cada uno de controlar cada evento.

En segundo lugar, conlleva a cambios en la percepción y sus efectos. Otra vez, depende en cada atleta, y su confianza personal determinará que tan fuerte va a reaccionar a cada situación, al punto en que teniendo estos cambios psicológicos como el estress y enojo derivadas de situaciones negativas ó sentimiento de renovación de energía después de sucesos positivos.

En tercer lugar, el cambio en el comportamiento vendrá a raíz de todas estas percepciones internas. Los mismos compañeros de equipo y hasta los mismos aficionados serán capaces de observar cambios verdaderos en el estilo y forma de desempeñarse del jugador, como reacción totalmente directa a esta cadena de momentum positiva ó negativa.

En cuarto lugar, el siguiente paso muy lógico después de los cambios en el comportamiento es notar un “cambio en el rendimiento”. Sin un evento precipitante (que es el detonante) no habrá cambios notables en el comportamiento y el mismo rendimiento.

En quinto lugar, en deportes como el béisbol, en donde el momentum es una calle de doble carril dependiendo como se desarrolla el juego, se cambia el flujo del momentum. También vemos cómo influye el nivel de experiencia en los jugadores. Vemos como jugadores titulares y experimentados pueden manejar los altibajos de un juego mejor que los novatos.

Y por último, el final de la cadena se da, cuando hay un cambio de resultados inmediato. Vemos que cuando hay presión de un suceso en particular, como detonante contra un equipo, los jugadores pueden salir de su ritmo normal, de su nivel de confianza y empiezan a dudar y sobrevaluarse en su rendimiento y habilidades. Los atletas como los jugadores de béisbol no necesitan centrarse conscientemente en sus habilidades durante el juego.
Pero la presión provocada por elementos y eventos negativos, desvían completamente este modo “automático” en su mecánica y en su juego. Obligándolos a re-iniciar y auto evaluar mecánica y movimientos para poder corregir y revertir el problema.

Y es que en la mentalidad del jugador está perfectamente claro cuál es su función. Que cuando están atravesando por esta etapa de momentum negativa, enfocan toda su energía en no fallar, e inconscientemente pasan de una mentalidad ofensiva (si están en su turno al bat), a una mentalidad defensiva. Se concentran demasiado en el resultado y no se permiten disfrutar su juego, ni jugar libremente. Y se preocupan en exceso por las consecuencias de su rendimiento, y no se enfocan en los cambios que necesitan hacer en ese momento.
Sin embargo, es indudable que continuemos observando este tipo de impulsos y momentum en los juegos, durante la temporada.

Yo los invito a realizar un pequeño experimento cuando asistan a los juegos de béisbol. Observen a los jugadores, al cuerpo técnico y vean sus reacciones. Traten de detectar esos “eventos precipitantes ó detonantes” que puedan cambiar el rumbo del juego ó iniciar ése impulso en un equipo y sus jugadores.

Por supuesto, que la comunicación efectiva, el respeto y la motivación por parte del manager ó coach siempre facilita y conlleva a tener esos impulsos positivos ó momentum tan deseado por todos nosotros.



Bibliografía:

Lee Crust and Mark Nesti. York St. John College. U.K. A Review of Psychological Momentum in Sports: Why qualitative research is needed.

Jeff Greenwald, Riding the Wave of Momentum.

Jim Taylor and Andrew Demick. Multidimensional Model of Momentum in Sports.

martes, 6 de abril de 2010

La intersección del bate y la pelota



Sin duda son varios los factores que influyen de manera importante en el desempeño del jugador de béisbol al momento de tomar su turno al bat.

Desde mi lugar, ( y el de ustedes también como aficionados) en las gradas del estadio. La perspectiva es simple.
Si bien se puede apreciar la velocidad con que el lanzador envía la pelota a home. Pero no tenemos idea de las intenciones y pensamientos del bateador. Pero si podemos percibir su concentración, su nivel de confianza, su determinación, pero más, no.

Expertos en física aplicada coinciden que el batear es de lo más difícil de realizar en un deporte. Simplemente el observar como un lanzador puede envíar la pelota desde el montículo a home a velocidades de 90 – 95 millas por hora, en un lapso aproximado de cuatro décimas de segundo a lo largo de los 60 pies y 6 pulgadas (18.44 metros) de distancia entre el montículo y home. Y de esta manera no sólo hacer un contacto efectivo, sino lograr determinar la colocación precisa de la pelota, convirtiéndola en imparable. ¿Increible verdad?

Son sólo cuatro décimas de segundo en donde el bateador depende totalmente de su habilidad, su coordinación, su fuerza, pero sobre todo de su capacidad mental.

He expresado en otras ocasiones que en este deporte, que es el béisbol el 80% del éxito es mental.

Aún así, no podemos ignorar que el béisbol está fuertemente relacionado al comportamiento aerodinámico de su objeto principal, la pelota.
Este aspecto, también muy interesante, puede ser entendido y analizado a partir de los principios físicos básicos.

Aspectos físicos tan comunes que los vemos día a día en el juego de béisbol como por ejemplo: la ligereza con que vuela la pelota, la estructura y tamaño del bate, el efecto que se da a la pelota en los diferentes lanzamientos, el factor “humedad” en el comportamiento de la pelota y sobre todo el impacto entre el bate y la pelota es lo que más nos gusta observar, sobre todo si sobrepasa la barda y es un home run.

En ese lapso de tiempo; en esas cuatro décimas de segundo, el bateador debe tomar una desición y reaccionar.

Un beisbolista sabe, que lo más importante es jamás perder la vista a la pelota, pues aquí, la coordinación ojo – mano entra en juego.
Escuchamos todo el tiempo como los entrenadores le dicen a los niños “Observa bien la pelota”, y es que antes de querer dar home runs, lo primero es hacer contacto. Leer el trayecto de la pelota con “vista de lince”, es lo más importante.

Aunque observamos diferentes maneras de pararse a batear por parte de los jugadores, me imagino que cada bateador toma en consideración su tiempo, su energía y explosividad, así como su postura y su swing.

Cada jugador tiene un estilo distinto a la hora de pararse batear, Fernando Alejos, por ejemplo; observo como levanta un poco su pie delantero para obtener un cierto ritmo e impulso que le da mayor fuerza al batear.
Veo como Oswaldo flexiona un poco sus rodillas, carga y centra su fuerza en las caderas al momento de hacer swing.

Recuerdo que en algún momento Oswaldo me comentó acerca de Santiago González, él juega con el equipo de Minatitlán y por cierto es muy amigo suyo. Este jugador veracruzano es el de menor estatura de toda la liga profesional en México. Oswaldo y Santiago jugaron el invierno pasado con el equipo Aguilas de Mexicali. Y a pesar de ser el jugador más bajito de estatura del equipo, era él quien usaba los modelos de bates de mayor longitud.
Tal vez de esa manera el compensaba su estataura, y así le daba más fuerza a la hora de hacer contacto con la pelota. Sin duda un gran jugador con una extraordinaria fortaleza física y mental.

En la ciencia del bate y la pelota, en el momento justo de esta intersección, el bateador debe observar bien la pelota; pues ésa imagen va directo al cerebro, y le toma al cerebro 75 milisegundos procesar la imagen y observar la velocidad y ubicación de la pelota.
Al bateador le toma 25 milisegundos decidir si deja pasar la bola o hace el swing apropiado para un pitcheo alto, bajo, pegado o afuera. El swing empieza justo cuando el cerebro envía la información a las piernas y brazos, en al menos 15 milisegundos.

La intersección se da entre el bate y la pelota en el milisegundo exacto.

Sin duda la confianza y fortaleza mental del jugador proviene de la práctica y el trabajo diario en la mecánica, los fundamentos del swing y su ejecución.
Como jugador debes concentrarte, relajarte, confiar en ti mismo, esperar “ese” pitcheo y así… ¡reaccionar!.


Robert K. Adair. Investigador en Física Aplicada, siempre tuvo interés en el béisbol, si bien no lo pudo jugar logra explicar de manera científica cada aspecto de este maravilloso deporte, en su libro: The Physics of Baseball (HarperCollins New York, 1994).


Escrito basado en las investigaciones de:

Robert K. Adair. Departamento de Física de la Universidad de Yale.
Alan M. Nathan. Departamento de Física de la Universidad de Illinois.